Ya he dicho que yo me crié en un lugar donde hacía mucho calor en verano, mucho, mucho.
Alguien me explico que la sensación de calor es aprendida y no innata, y debe de ser verdad, porque pese a haber vivido ya algunos estíos abrasadores recuerdo el día en que "descubrí" que a la sombra hacía mucho menos calor. Aunque me arriesgo a que me tengáis por monguer total, fue así. Eso sí, una vez hecho tamaño hallazgo empecé a tener calor y a pensar en estrategias para evitarlo.
Una de las máximas de mi familia para la época estival era "El horno no se enciende" y más o menos yo lo he mantenido firme en mi casa, así que haber hecho este plato en plena olita de caló va a haceros pensar, seguramente, que soy borderline (otra vez), pero veréis como no...
Jugando al despiste os hablaré de las bolsas para asar, sé que hay quien las odia, pero a mi me parecen un inventazo, la versión moderna y facilona del sofisticado papillote. Permiten asar en su jugo verduras, carnes o pescados (sin apenas olores!). Eso sí, no compréis nunca las que vienen con sazonador. Da a la comida un desagradable sabor a calcetín usado.
En fin, que cuando se juntan la ola de calor con una visita de los primos a la piscina, encender el horno, a no ser que vayas a meter dentro la cabeza, parece absurdo a primera vista, pero no lo es. Preparas la bolsa con el pollo, la lanzas dentro y te vas a la calle a beberte el vino que ha sobrado.
Pollo asado con naranja y cardamomo
1 pollo en trozos limpio de grasa
2 naranjas de zumo
2 cucharadas de harina de maiz amarilla
4 vainas de cardamomo
250 ml de vino blanco de calidad fresquito (Esto último importantísimo)
1 cebolla mediana sal y pimienta cortada en cuartos
1/4 c.t de cúrcuma (opcional)
Precalentar el horno a 200º
Salpimentamos el pollo y poner en la bolsa con el resto de los ingredientes: las semillas de cardamomo sin su vaina y de las naranjas cortar tres rodajas de la parte central de cada una (que van a la bolsa) y los "polos" exprimirlos dentro y desecharlos.
Cerramos, dejando el mayor espacio posible y agitamos para que se mezcle todo.
Poner la bolsa en la bandeja y hacer agujeritos con una brocheta en la parte de arriba.
Coger el vino y beberselo lejos del horno mientras el pollo se cocina, una media hora.
Pasado este tiempo sacar la bolsa con cuidado de no quemarnos, ponemos el horno en posición grill a 220º
Recoger el jugo del asado en el vaso de la batidora, para ello bastará con sostener la bolsa encima y cortar una de las esquinas.
Sacar el pollo a una fuente y pasarlo al grill para que se tueste, procurando poner la piel hacia arriba.
Añadimos la cebolla al jugo y trituramos bien. Colamos y servimos esta salsa aparte, con el pollo que ya estará tostado y crujiente.
Cuando probéis esta receta tendréis un plato de sabor delicado y sorprendente sin hacer ni el huevo... A que después de beberos la media botella de vino encender el horno no fue tan mala idea!
Nunca he usado una de esas bolsas y ya has hecho que me pique la curiosidad... Pollo al calcetín usado, mmmm.... XD
ResponderEliminarNo, en serio, un pollo con naranja y cardamomo, con lo que gusta el cardamomo en mi casa! La tentación es demasiado grande y lo de la botella de vino también ayuda.
¿Dónde compras tú las bolsitas de marras?
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarTiene una pinta buenísima kitty, me encanta la combinación de naranja y cardamomo. Me guardo tu receta!
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