martes, 10 de julio de 2012

Aranccini de arroz negro, las amistades peligrosas y una prima de riesgo


     Hasta el anfitrión más experimentado no está a salvo de quedarse corto, porque aunque te asegures suficiente bebida y comida, lo que se agota casi siempre es nuestra reserva de calma.
      A riesgo de parecer una mala pécora, hay veces en que el enemigo natural de una reunión pueden ser los invitados... por supuesto no todos y ni en todo momento, pero hay casos en los que el porcentaje de éxito de esta afirmación sube exponencialmente, por ejemplo cuando la que viene es la familia política o la propia, que hay madres/hermanas que tienen peor revés que en casa de los Sánchez Vicario.


   También hay otra categoría de invitado problemático, el buen samaritano, el que siempre se ofrece para traer algo (y lo trae) y ya en el evento zumba con el “pero no te líes y ven para acá” tanto que al final te obliga a dejar la mitad de los platos sin sacar.
Contra los de tu sangre te tomas un tranquimachine o tu verás como te sacas las castañas del fuego, pero para los otros hay unos  trucos utiles:

1.- Si dice '¿llevo algo?' y en realidad quiere decir 'voy a llevar algo sí o sí', lo mejor que puedes hacer es anticiparte y cuando pregunte le encargas algo poco dañino, por ejemplo vino, y concretando "Sí, por favor, un riojita" y con decisión y un pelín amenazante (je,je) "y nada más, eh!?". Otra buena cosa para pedir es hielo, nunca hay bastante!. Llevar a una casa algo que no sea vino o un postre puede considerarse incluso ofensivo... aunque una vez nos invitaron a una cena con otros 12 comensales y el anfitrión nos pidio (a mi pareja y a mi) "Traed vosotros las bebidas: vino, refrescos, zumos... y también unos postres... ", nos quedamos muertos.
2.- Si directamente aparece con comida: Puedes tener suerte y que lo que traiga sea estupendo y encaje con tu menú milimétricamente planeado, pero como casi seguro no será así,  tienes dos opciones: ''Úy, que rico! Esto no lo saco, me lo guardo sólo para mi'' y sin más te lo llevas. Si no queda otro remedio y vas a tener que sacarlo, customiza sin caer en lo ofensivo, un cambio de vajilla, una presentación en porciones... lo que sea para integrarlo entre los demás platos.
3.- También está el que acapara tu escasííísimo tiempo preguntando qué es cada cosa. Este es fácil de neutralizar con unas monísimas cartelitas que acompañen cada plato con el nombre escrito de la forma más descriptiva posible, nada de "albóndigas", mejor "albóndigas de ternera especiada con emulsión de puerro". Al fin la pedantería y el snobismo son de utilidad! Y estos rotulillos te evitarán la visión de alguien olisqueando, mordisqueando, escupiendo o abandonando comida. Si crees que exagero te aseguro que no.


       En cualquier caso, como te pondrás de los nervios, zen y mucha predisposición. Hazte a la idea de que no todo el mundo gustara de todo y que habrá cosas que no saldrán como esperabas, cuenta con algún tropiezo y aun así relájate y disfruta.
     Y ahora un platito infalible, sorprendente por dentro y por fuera! 



Arancini de arroz negro y sepia con coronita de chipirón y alioli (Ni Frasier lo dicho mejor)

Ahora que estas salivando una breve introducción: los arancini son unas bolas de arroz  típicas de la cocina italiana (arancini quiere decir naranja pequeña) las originales están rellenas con un ragú de carne y se acompañan con salsa marinara. Yo he querido hacer una mutación levantina y aunque este feo decirlo... Mamma mia!. También son una excelente forma de aprovechar las sobras del día anterior.
Para  12 u.
180 gr. de arroz bomba
1\2 cebolla pequeña picadísima
4 sobres de tinta de calamar
1 tomate pera sin piel ni pepitas en daditos pequeños
12 chipirones limpios
100 gr de sepia en daditos pequeños
25 gr de mantequilla
2/3 taza de parmesano rallado
2 huevos
1 tarrina de alioli preparado
1 cubito de caldo de pescado ( o mucho mejor 250 ml. de caldo de pescado)
Aceite de oliva, pan rallado, harina , ajo

   Primero hacer el arroz negro convencional: En una cazuela pochar a fuego moderado la cebolla con 5 c.s. de aceite de oliva hasta que este transparente, añadir el ajo picadísimo y freír unos instantes sin que se tueste. Echar los dos sobres de tinta, el tomate y remover hasta que este mezclado y tremendamente negro. Y si vamos a hacer arroz para comer y no sólo para los arancini es el momento de añadir los cuerpos de los chipirones en rodajas, pero recuerda que estas cantidades son para las bolas y que los trozos de chipirón harán que sea más difícil formarlas.
   Poner en la cazuela el arroz y remover durante 5 min. Verter 250 ml. de caldo hirviendo.  Cocer a fuego moderado 12/15 min. comprobando que no se seque en exceso ni se pase, aunque eso con el arroz bomba es difícil. Comprobar el punto de sal, retirar y reposar tapado 10 min. Debe quedar seco.
   Añadirle en caliente la mantequilla y el queso y mezclar bien, dejar enfriar y añadir entonces un huevo batido y refrigerar al menos 2 horas.
   Mientras sofreír un ajo muy picado y los dados de sepia (para cortarlos lo mejor es tenerla semi congelada), remover para que se hagan bien unos minutos y espolvorear con perejil. Reservar.
   Hacer bolas un poco más pequeñas que una pelota de ping-pong, poniendo en el centro un poco de sepia, empanar (harina, huevo y pan) y freír en abundante aceite. Freír también los rejos de calamar, los cuerpos los reservamos para otra receta, mejor en una sartén aparte porque saltan mucho.
   Finalmente montamos el pincho clavando con una brocheta pequeña el rejo en el arancini y presentar con el alioli aparte.  



martes, 3 de julio de 2012

Helado de lemon curd: el sueño de una noche de verano



    Ahora que he cebado mi blog con unas cuantas entradas y va estando mas gordito y sabrosón voy a pasarme a las entradas semanales, que una tiene una vida y (de momento) una familia que amenaza con el divorcio en bloque si sigo dale que te pego con el ordenador, aunque bién que se comen las pruebas de las recetas!
   Por otro lado mi ADSL debe estar en recesión, porque sube y baja como la prima (de riesgo) y va a una velocidad que ni Fernando Alonso con McLaren!
  Al tema, ya llegó el veranito y desde luego eso anima a la hora de hacer una reunión. Las vacaciones, el calor y las horas de sol nos predisponen a ello, sino preguntale a ese sueco, upps!...no, mejor llama al 112.


 El hecho es que hay muchas cosas positivas, podemos aumentar la proporción de platos fríos preparados con antelación, disponer de más espacio, pero sin duda el mejor es que podemos reunirnos en el exterior.
   Si no dispones de un jardín, terraza, patio...no te preocupes, seguro que cerca tienes un parque, un campo o sitio público donde organizar tu fiesta. La sorpresa está asegurada!
   Recuerdo que una vez en los jardines del Palacio de Cristal de Oporto nos cruzamos con varias personas que llevaban algo así como un plano. Como gente de bien que somos, a la tercera que vimos, y sin nada mejor que hacer que co-ti-llear , la seguimos y descubrimos que eran invitados a un picnic para celebrar lo que parecía un cumpleaños: Había mantas de cuadros con comida, música, farolillos...Nos dio una envidia tremenda, pero nos conformamos con apuntarnos la idea.
   Hoy tengo una receta que vale por tres y que está adaptada mezclando varias del super-super-blog Gastronomía y Cía. del que soy rendida fan, con algunas variaciones de mi cosecha. El lemon curd es una crema de limón deliciosa que tiene un montón de usos y además se puede hacer con cualquier otro cítrico (¡modificando la cantidad de azúcar!), el crocante del sésamo puede utilizarse como topping, para hacer piruletas o con un cortapastas puedes hacer unas obleas de lo más decorativo. Mezclando los dos y algo más, obtendremos un helado fácil y delicioso:

Helado de yogourt y lemon curd con crocante de sésamo negro


   Primero un consejo, si no tienes heladera hazte con una. Es un aparatito la mar de útil en verano, y por estas fechas puedes comprarla por menos de 20€ en cualquiera de los supermercados freakies “Su carro solo por 30€. Mañana oferta, misil tierra aire por sólo...”  Has acertado, en Lidl, Aldi o en Casa, esa tienda de tontaas para la misma, podrás encontrarla. Sino deberás remover la mezcla cada media hora para que no se endurezca.


Para el lemon curd:
150 ml de zumo de limón y la cáscara de uno
125 gr de azúcar
3 huevos
50 gr de mantequilla
Para el crocante de sésamo negro
2 c.s. De sésamo
4 c.s. De azúcar
Además
2 yogures griegos
50 gr de azúcar glas
1 tetrabrick pequeño de nata para montar muy frío

    Primero hacemos el lemon curd. Para ello ponemos en un cazo todos los ingredientes menos las mantequilla, batimos con las barillas y ponemos a fuego medio bajo. Removemos sin parar hasta que espese, unos 10 min. (no vale poner a fuego fuerte para hacerlo en 5!), pasamos por un colador sobre un bol en el que hemos puesto la mantequilla en trocitos. Remover y reservar en el frigorífico.
    Montamos la nata, batimos y cuando esté empezando a espesar añadimos el azúcar glas.
    Mezclamos con la ayuda de una espátula el lemón curd con los yogures y después añadimos la nata. Es importante que lo hagas con movimientos envolventes y lentos, es decir trazando círculos verticales con la espátula, ya que de esta forma introducirás aire y la nata no se bajará, recuerdalo siempre para incorporar a otra cualquier mezcla batida!, vertermos en la heladora con el aspa en marcha.
   Mientras, hacemos el crocante. Ponemos el sésamo en una sartén a fuego lento y lo salteamos para que se tueste. Cuando huela a gloria y antes de que se queme, un par de minutos, añade el azúcar y deja que se haga un caramelo clarito. Extiende sobre un papel de horno con una espatula de silicona (hala, otro consejo impagable, nunca uses cubiertos de metal que destrozan el antiaderente ni cucharas de madera a las que el caramelo se pega sin remedio) y en cuanto se endurezca dale unos golpes con la mano del mortero para hacerlo miguitas y echalas sobre el helado.
  Después de un tiempo, de ¾ a 1 hora, el helado habrá cogido consistencia y aumentado bastante de tamaño. Si te parece que le falta un poco de cuerpo ponlo ½ hora en el congelador y listo.